sábado, 11 de enero de 2014

Capítulo 4.

Le había mandado hacer un ejercicio. Sí, debía hacerlo. Era mi deber. Enseñarla.

Sin embargo, seguía estando intimidado.

La chica escribía, intentando seguir los pasos que yo seguí segundos antes.  

Quería mirar el folio, pero no pude evitar mirarla a ella. ¿Quizás me desconcentraba por el gran parecido que tenían ella y Anne? ¿O quizás porque de verdad estaría delirando?

La chica seguía intentando averiguar la solución a esa operación, pero no la encontraba.

Algo me sobresaltó. Una vibración encima del escritorio hizo desconcentrarme de todo. Y de mi análisis continuo a la hermana de mi novia.

_____ me miró intentando decirme que cogería el teléfono, pero yo retiré mi mirada, empezando a jugar con el botón de mi bolígrafo e intentando evitar lo perdido que me encontraba.

-¿Sí? – Contestó el teléfono.

Escuché una voz que salía del móvil. No escuchaba bien lo que quería decir, pues no tenía el suficiente volumen para entender de qué se trataba.

-No tengo muchas ganas de fiesta, la verdad… - Añadió _____.

¡Mierda! La fiesta. Me había olvidado por completo que Zayn y los demás me dijeron que tenía que ir. Esa era una de las típicas fiestas que montaban las niñas pijas después de terminar los estudios, y como costumbre nuestra, no podíamos faltar.

La chica no contestó más a la aparente charla que le había dado la otra persona del teléfono. _____ se quedó desconcertada. Sin embargo, me di cuenta que mas desconcertado me encontraba yo. Estaba dando clases a una niñata que lo único que le interesaba era irse de fiesta.

-¿Ya? – Pregunté.
-Eh… sí. Lo siento. – Se disculpó.
-Pues ya es hora de irme. – Dije, intentado no sonar muy alegre. Incluso soné seco y borde. Choqué los cinco en mi imaginación. – Será mejor que estudies y te dejes de tanta fiesta, sino, estaremos los dos haciendo el tonto.

Me levanté del asiento y recogí todo tan rápido como pude. Lo metí en la bandolera mientras que ella se giró y me miraba, parecía enfadada.

-¿Cómo? – Preguntó, perdida.
-Adiós.

Colgué mi bandolera en el hombro y empecé a atravesar toda la habitación hasta llegar a la puerta. Cogí el pomo, pero me interrumpieron antes de girar.

-¿Puedes repetir eso último que me has dicho? – Me preguntó _____.
-¿Perdón?  - Repliqué.
- Si fuese tú yo me andaría con más cuidado. – La chica se levantó de la silla y se acercó a mí. - A mí me influye nada y menos que un rubito de metro setenta y muchos esté dándome clases de matemáticas por algo que debe de ganarse él. Estoy segura de que a mí me vendría mejor otro profesor que tuviese algo de idea de lo que hace y no fuese tan pasota como tú. Si te piensas que me voy a callar a tus malos humores, mejor lárgate, pero no vuelvas. Estoy segura de que mi madre estará encantada, al igual que yo.

Me eché a reír en mi interior. ¿Cómo narices una niñata tan impertinente como ella había logrado distraerme como lo hizo mientras miraba sus manos y sus ojos? ¡Maldita estúpida!

-Si estoy aquí es por tu hermana, no porque tenga mayor interés en que una cría como tú apruebe una puta asignatura. – Contesté.
-Ni yo tengo interés en que un creído como tú me dé clases de matemáticas. – Musitó, enfadada.

La miré por última vez y chisté, no sin no haberle soltado un impertinente comentario: “Menuda niñata”.

Giré el pomo y abrí la puerta en el momento que alguien iba a entrar. Bajé la mirada y di con ella. Di con Anne.

¡Oh, Dios mío! Mi única salvación en los metros cuadrados de esta casa por fin estaba conmigo.

-¡Hola chicos! – Exclamó Anne entusiasmada.
-Hola. – Contesté.

Comencé a andar hacia las escaleras, dejando a Anne en la puerta de la habitación, mirando a ______ que seguramente permanecería enfadada.

No tardó ni dos segundos en venir detrás de mí.

Comencé a bajar las escaleras, pero ella me cogió del brazo y me frenó.

-Niall, espera. – Me pidió.

Me paré por completo y la miré a los ojos.

-¿Qué? – Contesté.
-¿Qué diablos ha pasado? – Preguntó.
-Nada. – Dije.
-Vamos, Niall.
-Mira Anne, lo siento. No sirvo para esto. No. Abandono.
-¡¿Estás loco?! Me has prometido la última oportunidad.
-No soporto a tu hermana. Es una niñata impertinente, insoportable…
-¡Eh! – Me interrumpió. – Relájate. No será para tanto.
-Lo es, Anne. Mientras estábamos dando clases ella ha cogido el teléfono y ha empezado a planear la fiesta de esta noche con una amiga. ¿Crees que yo puedo soportar eso? ¿A cambio de qué?
-¿Has discutido con ella? – Me pregunta la chica.

Miro hacia el suelo y me arrepiento.

-Sí… - Murmuro.
-¡Joder, Niall! ¿Estás loco? Como le cuente algo a mi madre, despídete de mí. De poder verme. De todo.
-Anne, no entiendo por qué diablos tengo que hacer esto. ¡Preferiría irme al ejército!
-Por mí, Niall. No tengo una familia fácil y tienes que entenderlo. Ya te he pedido mi última oportunidad. Tienes que cogerla o dejarla. Pero sabes las consecuencias que conlleva todo esto.

Anne miró al suelo y buscó otra excusa para convencerme.

-Mi hermana no es nada de eso. Creo que tú eres demasiado frío con ella, distante. Intenta ser algo más amable, quizás así todo sea más ameno para los dos.

Suspiré. Miré a los ojos de la chica y sentí un pinchazo en el estómago. Por fin había encontrado a alguien que me gustaba, y no estaba dispuesto a perderla. Solo sería un tiempo. Sólo serían unos días y la tendría para siempre.

-Está bien. – Dije. – Última oportunidad, Anne.
-Bien. – Asintió con la cabeza.
***
Llegamos a la casa de la pija seleccionada este año. Sus padres se habían ido de fin de semana y había montado una gran fiesta, a la cual nosotros no podíamos faltar.

Aparcamos el coche enfrente de la casa y todos salimos. Zayn abrió las puertas del coche y puso la música tan alta como pudo.

Yo me apoyé en el capó del coche. Pasaba una gran cantidad de gente. Esa casa tenía que ser una mansión en el interior, y yo no estaba dispuesto a perdérmelo.

-Hey. – Dije. - ¿Entramos?
-¿Ahora? – Preguntó Zayn.

Arqueé una ceja y asentí. Zayn miró a su alrededor y ninguno de ellos parecía querer entrar conmigo.

-Entraremos luego, Niall. – Dijo Zayn.
-Bien. Yo entraré ahora.

Zayn resopló y miró para otro lado.

-¿Alguno viene? – Pregunté de nuevo.
-Yo. – Dijo Tom.
-Yo también. – Dijo Jordan.

Los tres emprendimos camino hacia la entrada. Atravesamos el pequeño jardín que tenía decorado. Lo examiné lo justo, mientras subía las escaleras que daban a la entrada de la casa.

No había nadie evitando que pasase más gente, simplemente entrabas y podías disfrutar de la apetecible fiesta pija.

Había demasiada gente y la música estaba alta. Intentaba que Tom y Jordan no se separasen de mí mientras que echaba un vistazo a la fiesta, pero era inevitable no perderles.

Lo único que se veía desde la distancia eran los malabarismos que hacía el camarero de la barra, intentando seducir a seguramente alguna chica que estaría por allí.

-Hola, guapo.

Una rubia de ojos azules se interpuso en mi camino.

-Me llamo Emma. – Me informó.

Arqueé una ceja y miré a mí alrededor. Había perdido la pista de Jordan y Tom por completo.  

-Genial. – Dije.
-¿Te apetece bailar? Han convertido una habitación en discoteca. – Me propuso.
-No, gracias. – Contesté.
-¿De verdad no quieres venir conmigo? – Preguntó. – Eres muy guapo…

Su dedo índice se apoyó en mi pecho, y empezó a bajar por mi torso.

Rápidamente atrapé su muñeca y la retiré bruscamente de mí.

-Preciosa, tengo novia. – Dije, con una falsa sonrisa.

La chica frunció el ceño.

-Si no querías nada conmigo solo tenías que decírmelo. – Musitó. – Asqueroso.

La música estaba alta, pero escuché todo lo que dijo la chica a la perfección. Sólo esperé a que se diese la vuelta para poner mis ojos en blanco y lamentarme.

Necesitaba algo que me refrescase. Una copa, por ejemplo.

Me abrí paso entre la gente y, cada vez, veía más cerca el bar.

Parecía una lucha completa hasta llegar a un lado de la barra, la cual, encima, no tenía apenas un centímetro para pedir algo de beber.

Vi como un chico moreno de ojos verdes hablaba con otra chica, la cual estaba rodeando su vaso con las manos. ¡Se iban! Fui lo más rápido posible detrás de la chica y me preparé para entrar en su sitio.

Me puse demasiado cerca de ella, porque su bebida aterrizó en mi torso, empapando toda mi camiseta. ¡Joder! ¡Mierda! ¡Maldita sea!

-Oh, perdón, disculpa.

Bajé mi mirada para ver de quién se trataba. Sin embargo, sus ojos marrones y expresivos, su cara de preocupación y sus perfectas manos rodeando el vaso con el que me había esparcido todo encima, me endulzaron.


-¡Tú! – Exclamé. 


4 comentarios:

  1. Bueno, bueno, bueno. Nos ha encantado! Pero broken tmbn eh! Es muy asdfghjklxoxon. Nos hemos quedado... Flipando vamos :P . También niall... Manda cojona oye. Bsz guapa escribes geniaaaaal :)

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  2. Holaaa lei la nove anterior y me encanto, seguro que esta igual de bien. Aunque no creo que la lea porque la verdad no tengo paciencia para esperar a que suban capitulos.
    La primera parte ne encanto ne la ley entera hoy, hace unos minutos estaba llorando por el final tan truste, la verdad me uvuera gustado que no terminara haci y que en la segubda temporada fuera de como siguieron la relacion niall y rallita.
    Pero igual la ame, leere los capitulos que ya as escrito y adenas te dejo mi twitter para que me avises cuando suvas, haci vere los capi nientras leo otras novelas, tengi el mono de leer novelas, sobretodo de niall, le amo. XD
    Mi twitter: @sandrareina1D

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  3. OMG!Cada día te superas más.Siguela muy prontito.Beesoos.

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  4. La verdad la amooo a la nove es genial Siguelaaaa y besos X

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